domingo, 24 de octubre de 2010

LUIS CARDOZA Y ARAGON



Escritor guatemalteco. Pasó años de juventud en París y pudo impregnarse con la eclosión del surrealismo, que luego conciliaría con una sensibilidad barroca de tipo americano y tropical, así como por la admiración militante hacia la revolución mexicana y su arte característico, la pintura de los muralistas. Entre sus libros, figuran trabajos poemáticos en verso o prosa, Luna Park (1923), Torre de Babel (1930), El sonámbulo (1937), Retorno al futuro (1948), Pequeña sinfonía del Nuevo Mundo (1949) y Quinta estación (1972); narraciones, Maelstrom (1926); asimismo escribió ensayos de interpretación política y social, Guatemala, las líneas de su mano (1955) y crítica de pintura.

El carácter no se narra dentro de su biografía, pero por sus escritos y los puestos que llegó a ocupar, se puede deducir que era una persona decidida, inquebrantable en sus actos, que lo demostró en los puestos políticos que le encomendaron. También una persona con sentimientos que se puede notar en sus poesías. Un hombre con carácter fuerte pero también dócil.



Su ideología se baso en el surrealismo. Estudió por un tiempo medicina y entró en contacto con algunos de los escritores más influyentes del momento, como André Breton y Louis Aragon, y con las ideas e inquietudes sociales que le ocuparían ideológicamente.

Su comida favorita puede deducirse que eran las albondigas con salsa y el Caldo.

Luís Cardoza y Aragon prefería escribir en soledad, porque así podía sentir la necesidad de exclamar cada cosa que le acongojaba, pese a que parte de su vida significo persecución, represión y exilio, esto no le impidió darle forma a sus letras que precisamente era la voz del pensamiento de Luis Cardoza y Aragon.

Uno de los acontecimientos que marco en gran manera su vida, fue el hecho de conocer a Gracias a Lya Kostakowsky, con quien llegó a casarse, compañera sin igual, de padres rusos pero ella nació en Berlín, llego a México a la edad de los 5 años, a quien dedico gran parte de sus obras.

sin duda alguna, Luis Cardoza y Aragon ha dejado huella en la literatura guatemalteca, también en la historia política, con sus puestos de embajador en varios países. Un personaje mas que ha puesto en nombre de Guatemala en alto.

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